La piel es el órgano más grande del cuerpo. Nos conecta conel exterior y también nos protege del mismo, sosteniendo todonuestro ser a lo largo de toda una vida.


Muchas veces es un reflejode nuestros estados de ánimo, del estrés del día a día, de lo quesignifica vivir en ciudades llenas de polución.


Y es además un camino de doble dirección: cuidando tu piel,cuidas tu estado interno.

Soy Amaia. La piel es mi punto débil.Desde muy pequeña comencé a padecer dermatitis atópica. Fué muyfrustrante crecer con un problema que a la vez de estético, eradoloroso. Las cremas nunca eran suficientes, mi madre decía siempreque me las echaba a kilos! Pero no dimos con la tecla adecuada en unaépoca con menos información que ahora.


A día de hoy, mi hijo, quetieneel mismo problema, no ha vividolas mismas dificultades que yo.


En realidad, todos en casa tenemos la piel delicada!

Así que llevo toda una vida investigando y probando productosnaturales beneficiosos que me inspirenconfianza, que no sean dañinos y que solucionen la sequedad y elpicor.


Muchos productos de uso cotidiano los hago yo misma en casa: jabones,cremas de labios, acondicionador de cabello...


Pero todo lo demás, lo dejo en manos de estaplanta mágica, el Aloe Vera, que se ha convertido enmi principal cómplice.


Estoy deseando compartir estos productos contigo. Vas a comprobar quees un placer sentirlos sobre tu propia piel, y quesimplemente funcionan.